Las fisuras anales pueden ser un riesgo derivado de la penetración por ese orificio. Se trata de una zona delicada que debe ser tratada con cuidado si quieres que te siga proporcionando el placer que tanto disfrutas. Por esto, te presentamos aquí lo que debes saber acerca de este tipo de lesiones.
Causas de las fisuras anales
Recibir una penetración anal demasiado ruda, sin que haya suficiente lubricante o con un pene (o juguete) demasiado grande pueden ser causas de fisuras anales. Como lo explica el doctor Evan Goldstein, proctólogo de la clínica Bespoke Surgical de Nueva York, las fisuras anales son una “afección súper común y frecuente” en su práctica. Menciona que estos problemas con frecuencia surgen de lesiones al recibir una penetración, pero también pueden provenir de un lavado anal incorrecto y demasiado frecuente.
Sin embargo, agrega, lo más común es que las fisuras anales sean resultado de procedimientos quirúrgicos para tratar verrugas, fisuras crónicas y hemorroides en la zona. Todas estas condiciones son relativamente comunes entre las personas que practican sexo anal receptivo regularmente.
Un problema doloroso
No siempre sucede, pero algunas fisuras anales pueden ser muy dolorosas. Esto pasa cuando la fisura restringe la apertura completa del ano. En un ano que no tiene fisuras, la piel y el músculo (esfínter) de la zona funcionan de manera independiente, pero trabajan juntos, como parte del mismo equipo.
Sin embargo, cuando se presenta una fisura que luego cicatriza, el músculo y la piel se fusionan, lo que puede hacer que el ano no pueda abrirse como normalmente lo haría, o que el músculo de la zona no pueda relajarse completamente. “Estas restricciones conducen a dolor crónico, desgarros locales y otros problemas que te impiden tener un sexo anal placentero”, menciona el doctor Goldstein, entrevistado por el portal web B Vibe.
Ejercicios de recuperación
Cuando pasas por una cirugía anal, ya sea para reparar una fisura o para solucionar otro problema, lo cual deja una fisura, puedes “ejercitar” el ano para que recupere poco a poco su flexibilidad. El doctor Goldstein espera ocho semanas después de la operación para recomendar a sus clientes que usen juguetes y realicen ejercicios del suelo pélvico para ayudar a dar forma a la cicatriz.
Lo anterior se debe a que el tejido cicatricial es débil y restrictivo, y para volver a tener sexo anal es necesario que la cicatriz sea todo lo contrario: “fuerte y flexible”, menciona el médico.
Una parte importante del proceso es dilatar el ano por medio de dispositivos especiales para ello, una especie de dildos que vienen en diferentes tamaños, o bien, puedes usar juguetes. Todo esto ayudará a reestructurar la cicatriz anal. Es muy importante que para este paso utilices objetos específicamente diseñados para el ano, hechos de materiales seguros para el cuerpo (como silicón de grado quirúrgico o vidrio de borosilicato).
Al usar el dilatador o el juguete sexual, puedes comenzar a moverlo lentamente dentro y fuera del ano, imitando el movimiento que tendría una penetración. En un principio, esto puede causar molestia leve e incluso algo de sangrado, pero ambos deben ser menores y tolerables. “El objetivo de crear fricción con el juguete es crear una reacción en la cicatriz que aumente las capacidades de fuerza y distensión”, explica Goldstein.
¿Cómo evitar las fisuras anales?
Como ya lo sabemos, es mejor prevenir que lamentar. Ya sea que hayas experimentado o no una fisura anal, es importante que tomes en cuenta las siguientes recomendaciones para que esto no suceda (o suceda de nuevo).
En primer lugar, recuerda que nunca es demasiado lubricante. Ya que el ano y el recto tienen muy poca o nula lubricación, hay que ayudarse con un líquido especialmente diseñado para el sexo. Lo más recomendable son los lubricantes a base de silicona, ya que son más consistentes y duran más que los que están hechos a base de agua. No te preocupes, esta sustancia no daña los condones.
El lubricante no sólo debe colocarse sobre tu ano, también sobre el pene o juguete que realizará la penetración. Además, puedes conseguir un aplicador de lubricante para insertarlo y así cubrir todo el canal rectal.
También toma en cuenta que debes tener cuidado durante el inicio de la penetración. Guía a tu pareja sexual en el proceso, lentamente, asegurándote de no sentir incomodidad. Si tienes la oportunidad, trata de “predilatar” tu ano antes de la penetración, de forma que tu esfínter esté más relajado.
Cuidando tu placer y tu salud al mismo tiempo
El sexo anal puede ser muy placentero cuando se hace con el cuidado necesario. Ya sea que penetres o que recibas la penetración, nunca fuerces las cosas, pues esto puede causar fisuras anales, que finalmente son lesiones.
Además, cuando se genera una herida, es más fácil que las infecciones de transmisión sexual entren a tu organismo. Por eso es importante mantener la piel y los tejidos de la zona anal en perfectas condiciones y, por supuesto, usar condón en todos tus encuentros sexuales.
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